Analisis de Lucas Margarit


Todo está previsto

Dirección: José Cáceres

Por LUCAS MARGARIT

Uno de los primeros poemas de Samuel Beckett, “The Vulture” [El buitre], nos presenta la imagen de un ave de carroña recogiendo restos. Su compilación de ensayos se titula Disjecta, haciendo alusión a los “disjecta membra”, fragmentos que se van ensamblando, uno junto a otro. La versión dramática de la primera trilogía de novelas de Beckett, Malone muere, Molloy y El innombrable, podría articularse también junto a los dos ejemplos primeros. Un conjunto de fragmentos que se van uniendo uno a uno dando impulsos escénicos, conformando un cuadro de situación donde la soledad del individuo se manifiesta a través del humor, del quiebre de la ilusión dramática y de los parlamentos que se suceden y se entremezclan sugiriendo sentidos. Si en las novelas encontramos una sola voz narrativa, aquí nos encontramos con que esa voz se disemina y se extiende en cinco voces, como una especie de desdoblamiento de la enunciación narrativa, duplicación necesaria para esta puesta en escena, ya que manifiesta un grupo de voces interiores que establecen una serie de monólogos y diálogos. “Ya no soy yo, debí decirlo antes, sino otro cuya vida apenas ha comenzado.” (p. 53).

La obra de Beckett recorre un camino que va hacia un mayor ensimismamiento. José Cáceres elige el primer momento, donde todavía encontramos cierta articulación discursiva y donde el elemento circense se ubica en un lugar casi central, pero sin dejar de lado esa sonrisa desganada y forzada de una mirada escéptica frente al mundo y frente a la propia historia. Esto es lo que somos, esto es lo que vivimos, parecen repetirse cada uno de los personajes que están en ese círculo cerrado que es el escenario.

Estos cinco personajes van dando existencia y estructura visual a los sucesos narrados en las novelas. Van armando a través de sus palabras y del movimiento que se desmorona la acción dramática. Situaciones de poder, de deseo frustrado y de imposibilidad dan cuerpo al fracaso continuo, de no poder encausar la existencia en un camino más esperanzado. “Todo está previsto” porque saben que la acción, cualquiera que ella sea, llevará a cada uno a su propia inestabilidad y a su propio fracaso. Aquello que se prevé circula entre los personajes de una manera insondable y por ello no pueden escapar de su hábitat repetitivo ni del escenario que los contiene. Situación presentada a través de una estética grotesca que recupera la ironía frente a un mundo que se recrudece en cada acontecimiento y que es vivido por estos personajes a través de sus cuerpos: heridos, fallidos, deformes.

La puesta representa un mundo cerrado, una habitación / escenario que se convierte en el espacio para la acción, donde los personajes se mueven mínimamente o con dificultad y sienten pasar el tiempo hasta la descomposición y degradación de cada uno de sus cuerpos. Hay una conciencia de que el mundo cerrado es el que les pertenece, y ese cerramiento es la posibilidad de existir. Pero, ¿cómo comprender el mundo exterior que se impone negado y confuso? La pregunta sobre el otro y los otros, sobre la propia enfermedad, el cuestionamiento acerca del dolor, sobre la realidad que se encuentra más allá de esas ventanas que se proyectan; todo eso junto a la pregunta sobre el artificio dramático como medio de expresión destinado a la situación del hombre es lo que va conformando personajes que caen y que despliegan sus recuerdos de un tiempo siempre mejor ya que la degradación es innegable.

Vemos en el espacio escénico un vacío ocupado por una serie de biombos cubiertos de telas negras que forman un cubo que enfatiza aún más el encierro de estos seres. Salen, actúan y vuelven al encierro inicial. Un tiempo cíclico que pretende escapar de su propia estructura para evadir el sistema que nos impone nuestra propia naturaleza: la repetición. Quizá siempre sea así, un intento de fuga que concluye en el punto de partida.

La vuelta al inicio, la vuelta a las fuentes, implica una memoria que reconstruye ese camino y, por lo tanto, es un artificio basado en la fragmentación, lo que manifiesta también el modo en que fue concebida esta puesta.